Terror en el supermercado.

Me encontraba en la cola del supermercado esperando para pagar las compras cuando alguien llamó mi atención con un golpecito en mi espalda, cuando me giré, vi a una morena impresionante de pelo largo y rizado, ojos verdes como esmeraldas, un vestido ajustado que marcaba sus exuberantes caderas y unos prominentes pechos que parecía que en cualquier momento fueran a salirse de ese vestido.

Sorprendido y mientras le echaba un vistazo de arriba a abajo le dije:

-Perdone pero…¿Nos conocemos?

Ella me miró como si le extrañara que no la hubiera reconocido y me dijo:

-Pues claro!, eres el padre de uno de mis niños.

Se me abrieron los ojos como platos, abrí la boca de manera que creí que mi mandíbula acabaría tocando el suelo, la miré una y otra vez intentando asimilar lo que me acababa de decir y cómo había podido olvidarme haber estado con una mujer así.

Intenté hacer memoria y entonces lo recordé, “Mierda!”, pensé para mi mismo, “No puede ser ella!”. Entonces intenté disculparme por no haberla reconocido.

-Lo siento, tu eres la Stripper de la despedida de soltero, pero es que esa noche estaba muy borracho y no puedo recordar lo que pasó, aunque mis compañeros me contaron que me pusiste tan cachondo que me abalancé sobre ti e hicimos el amor frenética y salvajemente sobre el escenario mientras mis amigos nos vitoreaban y me daban cachetes en el culo, pero lo que no sabía era que te había dejado embarazada.

Me entusiasmé tanto con ese recuerdo que fuí incapaz de darme cuenta que el resto de personas que estaban en las colas me prestaban atención asombrados e intrigados por saber como terminaba la história.

Me miró con una mezcla de sorpresa y mucha vergüenza al ver que toda la cola e incluso la cajera estaban pendientes de mi relato cuando entre balbuceos dijo:

-No...yo no soy esa...soy profesora...la profesora de su hijo Pedrito.